Datos del alumno
Alumno de 4º de Primaria con un desarrollo normal, que acaba de vivir una experiencia traumática: la muerte de sus padres en un accidente de tráfico.
INTERVENCIÓN PSICOEDUCATIVA
¿Prepara la educación actual para la vida-muerte, en sus diversas etapas educativas?
La pérdida de un ser querido es uno de los acontecimientos más estresantes de la vida y puede producir una crisis emocional importante. Tras la muerte de alguien que amas, se experimenta una etapa dolor que recibe el nombre de duelo.
Se puede sentir una amplia gama de emociones, incluso cuando la muerte se esperaba. Muchas personas dicen experimentar una etapa inicial de entumecimiento emocional en la que apenas sienten nada tras conocer la noticia de la muerte, pero no existe un orden dado en el proceso del duelo. Algunas de esas emociones que una persona puede sentir son las siguientes: negación, incredulidad, confusión, chock, tristeza, añoranza, rabia, humillación, desesperación, culpa...
Existe un hueco curricular pero el descubrimiento de la muerte dura siempre, tiene una profunda naturaleza individual que no puede continuar siendo ignorado por la escuela. El tabú que envuelve este tema se refleja ineludiblemente en la educación, y sobre todo en su ausencia de los proyectos educativos.
La aflicción o dolor que se siente es una expresión exterior de la pérdida. Este dolor puede expresarse física, emocional, y psicológicamente. Por ejemplo, llorar es una expresión física, mientras que la depresión es una expresión psicológica. Es muy importante permitir la expresión de estas emociones. A menudo, la muerte es un tema que se evita, se ignora o se niega su existencia. Al principio puede parecer útil distanciarse del dolor, pero no se puede evitar sentir el dolor durante mucho tiempo. Algún día esas emociones necesitarán ser resueltas o, de lo contrario, pueden llegar a causar una enfermedad física o emocional.
Los niños pueden vivir el duelo de un modo diferente a los adultos. La muerte de un padre o madre puede ser particularmente difícil para los niños pequeños, más aún si son ambos progenitores, viéndose afectada su sensación de seguridad o supervivencia. A menudo, se sienten confundidos sobre los cambios que ven ocurrir alrededor de ellos, particularmente si los adultos intentan protegerlos contra la verdad.
La comprensión limitada y la incapacidad de expresar sentimientos pone a los niños más pequeños en una situación de desventaja. Los niños pequeños pueden volver a mostrar comportamientos típicos de edades anteriores (como orinarse en la cama), hacen preguntas acerca de la persona fallecida que parecen insensibles, inventan juegos sobre la muerte o fingen que nunca sucedió.
Cuando un miembro de la familia muere, los niños reaccionan de manera diferente a los adultos. Los niños de edad pre-escolar creen que la muerte es temporal y reversible, esta creencia está reforzada por los personajes en dibujos animados que se mueren y reviven otra vez.
Los niños de entre cinco y nueve años comienzan a pensar más como los adultos acerca de la muerte, pero todavía no pueden imaginarse que ellos o alguien que ellos conocen pueda morir. Por naturaleza, los niños siempre hacen preguntas relacionadas con los sucesos o imágenes que han observado; no obstante, cuando las preguntas se refieren a la muerte, en lugar de respuestas sencillas y sinceras, provoca una aprensión indebida en el adulto en lugar de la comprensión y el cariño que otras habitualmente desencadenan.
A la conmoción y a la confusión que sufre el niño se le añade la falta de atención adecuada de otros familiares que lloran esa misma muerte y que no pueden asumir adecuadamente la responsabilidad normal de cuidar al niño.
a) LA REFLEXIÓN EN EL ORIGEN:
- la muerte como realidad concreta y contenido adulto: irreversible, fenoménica, trágica, misteriosa, incomprensible.
- la muerte como existencia simbólica y precontenido infantil: no-irreversible, imaginaria, lúdica, experimentable, intuida, espontánea (natural).
b) PLANIFICACIÓN. Las decisiones y compromisos deberán concretarse en los distintos documentos de planificación e intervención educativa.
1) Una forma de articular la educación para la muerte desde aquellos documentos podría ser encontrando su vinculación con los temas transversales, descubriendo que los atraviesa significativamente a todos, en un plano diferente al de las áreas curriculares prescritas.
2) Todo ello debería quedar reflejado en el proyecto educativo de centro, si son adoptados por todos los miembros de la comunidad educativa. Y, en cualquier caso, concretarse por cada equipo educativo en los proyectos curriculares de etapa, y/o por cada tutor en las programaciones de aula y, en su caso, en las adaptaciones curriculares individuales.
c) PAUTAS DE DISEÑO Y ACTUACIÓN:
1) Emplear preferentemente los mismos contenidos educativos de las áreas curriculares.
2) Propiciar la mayor coordinación posible con la familia.
3) Cultivar valores docentes como la naturalidad, la serenidad, la propia seguridad emotivo-cognoscitiva o profesional.
4) Partir de los intereses y de las necesidades educativas del niño.
5) Pretender el desarrollo de su seguridad emocional.
6) Respetar su psicogénesis y estimular sus aprendizajes.
7) Desarrollar propuestas metodológicas variadas y lúdicas.
8) Programar actividades para determinadas situaciones y objetivos.
Propuesta metodológica y actividades orientadas a la educación para la muerte
Para normalizar lo más educativa y humanamente posible las situaciones de eventualidad trágica, es necesario partir de una serie de pauta comunes para padres, maestros, maestras y equipos de orientación educativa y psicopedagógica que guien nuestra actuación con Alonso.
Proponemos las siguientes:
1) COORDINACIÓN. Lo primero es coordinarse todos (familia-centro-profesionales), para desarrollar una atención compartida y prevista. A nivel de centro, planificando las respuestas del centro y del tutor/a en el periodo de duelo, de manera análoga a como se organiza el periodo de adaptación en Educación Infantil. En el caso de los maestros y miembros de los equipos, se trataría de dialogar para asentar un enfoque complementario, si fuera necesario.
2) COHERENCIA. No entrar en contradicciones. Habrá siempre que respetar la versión e intención de los familiares, aunque pueda pactarse con ellos dicha versión.
3) SINCERIDAD. Evitar engaños de cualquiera de las partes, para ocultar la realidad. Por ejemplo, decir que se ha ido de viaje. Dar una versión falsa carece completamente de utilidad y de sentido.
4) FLUIDEZ. Tratar de reducir los atascos, en cualquier fase.
5) OBJETIVIDAD. Es muy importante actuar sin proyectar los sentimientos propios en los del niño, y que, desde la flexibilidad y la pretensión de neutralidad, se puedan aproximar los contenidos del mensaje al fenómeno, más que al propio dolor, sentimientos o creencias.
6) EXPRESIÓN Y ESCUCHA. Permitir la manifestación natural de emociones, sin estimularlas ("tú lo que tienes que hacer es llorar"), reprimirlas ("no llores más"), interrumpirlas ("¿qué me has dicho?", "habla más claro", etc.), ayudándole a interpretarlas y a expresarlas verbalmente, empatizando, parafraseando, reflejando, atendiendo más al tono del mensaje, etc.
7) RESPETO. El clima de seguridad emocional es necesario. Pero la sobreprotección puede producir efectos menos deseados y bloquear la elaboración del proceso en el niño. Muchas veces se puede sobreproteger al niño pensando más en uno mismo que en lo que es más conveniente para su desarrollo. Una actitud respetuosa es una actitud no-egocéntrica.
8) GENEROSIDAD. En otras ocasiones, por iniciativa del adulto o motivación (culposa) del niño, éste se exige a sí mismo demasiado, intentando suplantar la figura desaparecida. En estos casos, sugerimos descargarle de este esfuerzo, haciéndole ver que él o ella son valiosos por sí mismos, y que son queridos y aceptados en su propio papel.
9) ATENCIÓN PERMANENTE. Aunque parezca que el niño ha superado el duelo, es normal que en su vida posterior aparezcan fijaciones (ritos, identificaciones compensatorias, cambios de carácter, agresiones sin causas aparentes, depresiones periódicas, interrogantes, opciones o preferencias condicionadas, introversiones reactivas, sentimientos de injusticia, de solidaridad, de entronque en el árbol de la vida, etc.), que nos pueden informar de cómo elabora mediatamente la experiencia de muerte.
Además de estas pautas generales, debemos ofrecer un asesoramiento a la familia que permita una actuación conjunta de todo el entorno que interactúa con el joven. Por ello, debemos aconsejar a los familiares una serie de actitudes idóneas a la hora de mostrar sus afectos y sentimiento en presencia de su nieto. Estas son:
a) Descentración. Ver morir a una figura cercana, querida es un enorme dolor. Y sin embargo nosotros tenemos la fortuna de seguir viviendo.
b) Centración. Por mucho que nos duela y cupe la pérdida, debemos condensar toda nuestra energía en el niño, tratando de no proyectar nuestra emotividad, para percibir y sintonizar con la de él/ella.
c) Serenidad. Lo más adecuado es afrontar la realidad de forma tranquila, para favorecer, desde la serenidad, el transcurso de las posibles fases de elaboración y aceptación de la experiencia de vacío y pérdida por parte del niño.
En cuanto al tutor/a que atienda al niño, también se le pueden ofrecer una serie de pautas como:
a) Seguridad emocional. Crear un clima de afecto y confianza, y sin el riesgo a ver reflejados o amplificados sus sentimientos (de temor, de dolor, de ira, etc) el niño podrá ir manifestando en el entorno de su clase y de la forma más espontánea posible, su proceso emocional, hasta su normalización habitual.
b) Observación y evaluación emocionales. Los cambios de actitudes pueden tener una duración muy variable. En ocasiones, incluso darse “efectos Guadiana” de resurgimiento de las vivencias pasadas o de partes del proceso emocional de duelo, casi siempre debido a transferencias o identificaciones entre circunstancias análogas.
Por ejemplo, si el niño vive la muerte de una mascota, conoce la muerte del abuelo de otro niño, ve una película o se cuenta un cuento que evoca su pérdida, podría reaccionar hipersensiblemente. Es necesario, por tanto, estar dispuestos a observar atentamente y comprender las causas y las necesidades del niño.
La observación debe llevarse a cabo con instrumentos de registro, que permitan hacer un análisis si se vuelven a producir conductas indeseadas de todos aquellos aspectos que pudieron inducirlas. Así como un medio a través del cual contemplar la evolución que se produce en el niño.
Además de estas pautas básicas, y una vez el niño comience a expresar sus sentimientos, y por tanto a asumir du nueva situación; sería convenienta llevar a cabo una serie de actividades o actuación a nivel grupal de aula, o incluso de nivel, que sirvan para normalizar la perspectiva de la muerte. Para introducir y regularizar la educación para la muerte en el centro escolar, sugerimos, entre otras posibilidades:
- A trabajar con todos los padres y familiares:
1) un role playing con profesores y padres, en el que estos miembros de la comunidad educativa pueden jugar a intercambiar sus papeles y a experimentar otras posturas de las propias.
2) una mesa redonda, un panel o un seminario de padres y maestros/as, como actividades motivadoras, si es posible dentro de la escuela de padres y madres.
- A trabajar con los propios alumnos:
Integración en el currículo de la educación hacia la muerte que permita tratar el tema con naturalidad. Para ello se abordará desde distintos aspectos:
1) MOMENTOS SIGNIFICATIVOS, tanto:
- Deseados: Apagar la velas del cumpleaños, la caída de un diente, un simulacro de evacuación ante una catástrofe o amenaza de peligro, etc.
- No deseados: Los pequeños accidentes, las enfermedades, las situaciones peligrosas, la visita al médico o a la peluquería, el corte de uñas, el miedo "al extraño", las vivencias subjetivas de muerte parcial (quietud en el sueño, desaparición en la oscuridad, fragmentación o descomposición en el corte de pelo, de uñas, pérdida de los excrementos, ausencia del objeto de apego por el miedo al abandono, no valer, ser tirado a la basura, ser llevado por el hombre del saco, descomponerse porque no sienten sus partes integradas: nariz, pies, culete, perder las referencias afectivas y locales por viajes, etc.
2) FIESTAS:
- EN FIESTAS TRADICIONALMENTE RELACIONADAS CON LA MUERTE, Como en el día 1 de noviembre, día de los Santos Inocentes, el Entierro de la Sardina, etc.
- OTRAS DE NUEVA CREACIÓN, como aniversarios de pérdidas, fiesta de la Luna Nueva, día de los animales extinguidos, etc.
- DÍAS VIRTUALES PARA SEGUNDAS OPORTUNIDADES: Qué hubiera pasado si... no se hubiera lanzado la primera bomba atómica, si Picasso resucitase, si descongelasen a Walt Disney, si otro Hitler volviera, si nadie muriera, etc.
3) MURGAS o grandes desfiles con motivo de algún día señalado.
4) SALIDAS a museos, edificios "encantados" o "con fantasma", cementerios, yacimientos, etc.
5) VIDEOFÓRUM o diálogos sugerentes tras la contemplación de una película con centro en el tema de la muerte (Ponette, Ghost, etc.).
6) TALLERES, en los que pueden participar padres y madres, alumnos y maestros/as de otras aulas, etc. unidos por la motivación y el tiempo disponible:
- TALLER DE FOTOGRAFÍA, partiendo de fotografías de época, real o simuladamente antiguas (viradas a sepia).
- TALLER DE COCINA, para hacer huesos de santo, fantasmas de gelatina, etc.
- TALLER DE JUEGOS, como la oca, el ajedrez, las damas, etc., en los que podrían organizar torneos u olimpiadas, después de investigar sobre el origen de los juegos y confeccionado los elementos necesarios para su desarrollo (tableros, fichas, dados, etc.).
- TALLER DE EXPRESIÓN PLÁSTICA, en el que, por ejemplo, se podrían recrear e interpretar cuadros bélicos ("el Guernica"), dramáticos ("el grito", "el accidente", "el moribundo"), o representar de forma abstracta estos temas.
- TALLER DE FLORES Y OLORES, para realizar anillos, ramos, coronas, cinturones, composiciones o extraer esencias de crisantemos, siemprevivas, margaritas, etc.
- TALLER TRANSCULTURAL, en el que poder investigar sobre diversas formas de entender la muerte y sus ritos.
- TALLER DE DISFRACES, en el que poder realizar caracterizaciones de personajes relacionados con el miedo y la muerte, como medio de concretar y superar miedos y angustias relacionados.
- TALLER DE TEATRO. Por ejemplo, representando Blancanieves o adaptando Hamlet.
- TALLER DE CUENTACUENTOS Y LECTURAS DRAMATIZADAS. A los más pequeños se les cuentan cuentos, se les leen poemas, etc. Y los mayores leen y dramatizan alguna leyenda, cuento u obra de teatro elegida por ellos.
- TALLER DE TÍTERES, etc. Los pequeños pueden verlo y los mayores realizarlo.
- TALLER DE RECICLAJES, en los que podamos comprobar cómo reutilizar lo desechado primero reduce consumos, evita muertes y puede generar vida. Dos de los más adecuados son los de papel y de compost.
- TALLER DE ENERGÍAS ALTERNATIVAS, en los que se conozca el origen y la limitación de las llamadas energías fósiles; los abusos, ventajas y peligros de las energías actualmente predominantes (electricidad, nuclear), y las posibildades de las energías alternativas más respetuosas con la vida y el medio ambiente (eólica, solar, marina, etc.).
- TALLER DE FOTOGRAFÍA, partiendo de fotografías de época, real o simuladamente antiguas (viradas a sepia).
- TALLER DE COCINA, para hacer huesos de santo, fantasmas de gelatina, etc.
- TALLER DE JUEGOS, como la oca, el ajedrez, las damas, etc., en los que podrían organizar torneos u olimpiadas, después de investigar sobre el origen de los juegos y confeccionado los elementos necesarios para su desarrollo (tableros, fichas, dados, etc.).
- TALLER DE EXPRESIÓN PLÁSTICA, en el que, por ejemplo, se podrían recrear e interpretar cuadros bélicos ("el Guernica"), dramáticos ("el grito", "el accidente", "el moribundo"), o representar de forma abstracta estos temas.
- TALLER DE FLORES Y OLORES, para realizar anillos, ramos, coronas, cinturones, composiciones o extraer esencias de crisantemos, siemprevivas, margaritas, etc.
- TALLER TRANSCULTURAL, en el que poder investigar sobre diversas formas de entender la muerte y sus ritos.
- TALLER DE DISFRACES, en el que poder realizar caracterizaciones de personajes relacionados con el miedo y la muerte, como medio de concretar y superar miedos y angustias relacionados.
- TALLER DE TEATRO. Por ejemplo, representando Blancanieves o adaptando Hamlet.
- TALLER DE CUENTACUENTOS Y LECTURAS DRAMATIZADAS. A los más pequeños se les cuentan cuentos, se les leen poemas, etc. Y los mayores leen y dramatizan alguna leyenda, cuento u obra de teatro elegida por ellos.
- TALLER DE TÍTERES, etc. Los pequeños pueden verlo y los mayores realizarlo.
- TALLER DE RECICLAJES, en los que podamos comprobar cómo reutilizar lo desechado primero reduce consumos, evita muertes y puede generar vida. Dos de los más adecuados son los de papel y de compost.
- TALLER DE ENERGÍAS ALTERNATIVAS, en los que se conozca el origen y la limitación de las llamadas energías fósiles; los abusos, ventajas y peligros de las energías actualmente predominantes (electricidad, nuclear), y las posibildades de las energías alternativas más respetuosas con la vida y el medio ambiente (eólica, solar, marina, etc.).
7) ACTIVIDADES Y JUEGOS:
- SEGUIMIENTO Y REPRESENTACIÓN DE CICLOS VITALES: de plantas, insectos, animales, recursos, planetas, estrellas, personas, etc.
- RATÓN, QUE TE PILLA EL GATO
- BALÓN PRISIONERO.
- SEGUIMIENTO Y REPRESENTACIÓN DE CICLOS VITALES: de plantas, insectos, animales, recursos, planetas, estrellas, personas, etc.
- RATÓN, QUE TE PILLA EL GATO
- BALÓN PRISIONERO.
8) PROYECTOS:
- EL ENTIERRO DE LA MASCOTA puede consolar y educar, en caso de el suceso se produzca.
- CONSTRUCCIÓN DE MÁQUINAS Y MECANISMOS ACTIVADOS POR ENERGÍAS ALTERNATIVAS: Por ejemplo, un molinillo movido por aire o un kart que funcione por energía solar.
- EL ENTIERRO DE LA MASCOTA puede consolar y educar, en caso de el suceso se produzca.
- CONSTRUCCIÓN DE MÁQUINAS Y MECANISMOS ACTIVADOS POR ENERGÍAS ALTERNATIVAS: Por ejemplo, un molinillo movido por aire o un kart que funcione por energía solar.
BIBLIOGRAFIA:
- “¿Todos los caracoles se mueren siempre? Cómo tratar la muerte en Educación Infantil.” Agustín de la Herrán y otros. Madrid. Ediciones de la Torre, 2000.
- “¿Dónde está el abuelo?” Mar Cortina y Amparo Peguero. Valencia, Tandem, 2001.
- http://www.redcientifica.com/doc/doc200301220301.html
- “¿Todos los caracoles se mueren siempre? Cómo tratar la muerte en Educación Infantil.” Agustín de la Herrán y otros. Madrid. Ediciones de la Torre, 2000.
- “¿Dónde está el abuelo?” Mar Cortina y Amparo Peguero. Valencia, Tandem, 2001.
- http://www.redcientifica.com/doc/doc200301220301.html
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